Iglesia de San Pedro y San Pablo

Originalmente los jesuitas habían dedicado esta hermosa, armoniosamente construida iglesia barroca a San Ignacio y San Francisco Xavier. Después de la disolución de la orden jesuita, la parroquia solicitó transformar la iglesia de San Pedro y San Pablo en su iglesia parroquial, porque su propia iglesia estaba en ruinas.

El traspaso se hizo realidad, y desde entonces el nombre oficial de la iglesia es “San Pedro y San Pablo visitando a los santos San Ignacio y San Francisco Xavier”, aunque comúnmente se utiliza la versión abreviada “iglesia de San Pedro y San Pablo”. El interior está suntuosamente decorado. El púlpito simboliza las misiones y los cuatro continentes por San Francisco Xavier. En aquella época, a fines del S. XVI, Oceanía todavía no había sido declarado quinto continente.

Fíjate cómo se representa Europa, con el cuerno de la abundancia y la sabiduría en el libro. Los catorce confesionarios empotrados son un ejemplo extraordinario de la xilografía malinense. Según la leyenda esta gran cantidad de confesionarios se debe a que la iglesia estaba ubicada a dos pasos del mercado de ganado, el Veemarkt, y que en la venta de ganado las mentiras y el engaño eran pan de cada día. ¿La verdadera razón? En su origen, la iglesia de San Pedro y San Pablo era una iglesia de peregrinaje, y albergaba muchas reliquias. Para poderlas tocar, había que estar libre de pecado, de ahí la gran cantidad de confesionarios.

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